
¿Qué son TDAH y TEA?
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) y el TEA (Trastorno del Espectro Autista) son dos trastornos del neurodesarrollo con características y manifestaciones distintas, aunque a veces pueden coexistir.
El TDAH se caracteriza principalmente por dificultades en la atención, impulsividad e hiperactividad.
El TEA se caracteriza por dificultades en la interacción social, la comunicación y la presencia de patrones de comportamiento repetitivos y restringidos.
TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad):
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Características:
Dificultad para prestar atención, falta de concentración, impulsividad (actuar sin pensar), e hiperactividad (movimiento excesivo, inquietud).
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Manifestaciones:
Pueden tener dificultades para seguir instrucciones, olvidar cosas, interrumpir a los demás, moverse constantemente, o tener problemas para mantener la atención en tareas escolares o laborales.
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Impacto:
El TDAH puede afectar el rendimiento académico, las relaciones sociales, el comportamiento y la autoestima.
TEA (Trastorno del Espectro Autista):
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Características:
Dificultades en la interacción social, la comunicación, la comprensión de las señales sociales y la presencia de patrones de comportamiento repetitivos y restringidos.
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Manifestaciones:
Pueden tener dificultades para establecer contacto visual, entender las emociones de los demás, participar en juegos sociales, o seguir rutinas.
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Impacto:
El TEA puede afectar el desarrollo social, emocional y comunicativo, y puede requerir intervenciones y apoyos especializados para mejorar la calidad de vida.




Diferencias clave entre TDAH y TEA:
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Interacción social:
El TDAH puede tener dificultades en la interacción social debido a la impulsividad y la falta de atención, mientras que el TEA tiene dificultades en la comprensión de las normas sociales y la comunicación.
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Comportamiento:
El TDAH se caracteriza por la hiperactividad y la impulsividad, mientras que el TEA se caracteriza por la presencia de patrones de comportamiento repetitivos y restringidos.
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Comunicación:
El TDAH puede tener dificultades de lenguaje y comunicación, pero no necesariamente tienen los mismos desafíos de comunicación que las personas con TEA.
Estudios científicos sobre peligrosa relación entre consumo de azúcar, pantallas digitales y TEA
El azúcar refinado es muy dañino para los CEREBROS EN DESARROLLO (entre 0 años y 25). La población sigue consumiendo azúcar y dejan que sus hijos la consuman en grandes proporciones, usándola como estimulo y/o recompensa por logros cumplidos (si te portas bien, te doy un helado, refresco, etc.).
Al igual que el consumo de azúcar, el tiempo frente a una pantalla puede convertirse en una adicción: el uso prolongado de la tv, videojuegos, redes sociales; actúa como una droga digital para nuestro cerebro. Vivimos en una época donde la tecnología es parte de nuestra rutina, por facilidad y utilidad, tenemos un constante contacto con las pantallas dentro y fuera de casa. Los niños viven en una era donde la tecnología y pantallas son parte del día a día y su exposición se da desde los primeros meses de vida.
Existe una relación directa entre el uso prolongado de dispositivos digitales y la disminución del rendimiento escolar desarrollando problemas cognitivos y retraso del lenguaje.
Según un estudio realizado por investigadores de Ecuador en niños entre uno y dos años de edad, se demostró que el tiempo de pantalla afecta el desarrollo del Coeficiente Intelectual (CI), mostrando una deficiencia en el desarrollo del CI del 42% cuando inician la exposición a pantallas digitales entre los seis meses y los dos años de edad.
La exposición a la tecnología desde edades tempranas tiende a tener un impacto negativo en la neuro plasticidad cerebral, lo que se refleja en un bajo nivel cognitivo y problemas de comportamiento como: baja autoestima, comportamiento agresivo debido a los contenidos violentos que encuentran y problemas de socialización debido a dificultades para desarrollo del lenguaje.
Impacto del azúcar en el autismo:
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Vínculo con el metabolismo:
Estudios sugieren que las personas con autismo pueden tener niveles más bajos de azúcar en sangre y glucemia, lo que podría estar relacionado con el metabolismo del azúcar.
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Comportamiento y estado de ánimo:
El consumo excesivo de azúcar, especialmente en bebidas azucaradas, se ha relacionado con problemas de comportamiento en niños con autismo, como cambios de humor, irritabilidad e hiperactividad.
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Sensorialidad:
Las personas con autismo pueden ser más sensibles a los sabores y texturas de los alimentos, incluyendo el azúcar, lo que puede afectar su respuesta sensorial a los alimentos.
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Interacción con la salud general:
Un alto consumo de azúcar puede tener efectos negativos en la salud general, incluyendo problemas digestivos y la alteración del procesamiento emocional, lo que puede afectar a las personas con autismo.
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